El escenario internacional actual está marcado por una inestabilidad creciente que condiciona el rumbo de la economía y la gestión de las organizaciones. La pandemia, un conflicto armado en Europa, tensiones comerciales que han perturbado las cadenas de suministro y la amenaza de nuevas barreras arancelarias han creado un contexto exigente. En España, el reciente apagón eléctrico puso de relieve la fragilidad de unas infraestructuras que requieren modernización. Ante este panorama, Íñigo Parra, presidente de Stadler Valencia, defiende que el liderazgo debe ejercerse con anticipación, firmeza y capacidad de adaptación para asegurar la competitividad.
En la jornada empresarial anual Paco Pons, organizada por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Parra analizó cómo las empresas pueden prepararse para reaccionar de manera ágil y efectiva ante cambios bruscos. “El entorno ha cambiado radicalmente en los últimos años. No solamente por acontecimientos impredecibles como la covid o la guerra, sino también con otros que nos toca gestionar desde hace tiempo como la falta de personal, la pérdida de know how en muchas industrias y una inestabilidad macroeconómica que nos afecta constantemente”, afirmó, insistiendo en que el liderazgo debe ser dinámico y flexible.
Liderazgo con visión clara y determinación en las palabras de Íñigo Parra
Parra sostiene que un liderazgo sólido requiere propósito, decisiones firmes, humildad y comunicación abierta con todos los niveles de la organización. Considera que las empresas con futuro son aquellas que se anticipan a los cambios, actúan con rapidez y potencian el talento interno. “En definitiva, tiene que ser una compañía valiente y sin miedo”, recalcó, resaltando que la valentía empresarial debe estar respaldada por planificación y análisis.
En palabras de Parra: “Una compañía es siempre la sombra de una persona, ya sea el CEO, el dueño o el fundador, que es el que marca”. También indicó: “Siempre digo que la verdadera ventaja competitiva de una firma no es un producto, una manera de hacer o unos servicios, sino su gente y quién gestiona a ese personal”. En Stadler Valencia, este principio se traduce en un liderazgo que prioriza el factor humano como pilar del éxito.
Para Parra, el liderazgo comienza con la capacidad de corregirse a uno mismo. Explica que la autocrítica, combinada con una visión amplia, facilita la adaptación sin perder el rumbo estratégico. Además, integrar perspectivas diversas enriquece la toma de decisiones y fortalece a la organización.
Parra advierte que uno de los problemas actuales es la “dejación de autoridad”. Propone establecer pocas normas claras y, si no se cumplen, invitar a la persona a abandonar la empresa. “Es hacerle también un favor porque esa persona no está alineada con los valores”. Para él, ejercer autoridad es parte esencial del liderazgo y debe enfocarse en extraer el máximo potencial de cada miembro del equipo: “Somos nosotros, los jefes, los que tenemos que sacar todo lo que puede dar una persona. Esa es nuestra misión”.
Parra subraya que un buen líder debe reconocer cuándo ha llegado el momento de ceder el paso a nuevas generaciones. Esto implica desarrollarse profesionalmente, tomar decisiones clave y preparar un traspaso ordenado que garantice la continuidad del proyecto.
Su modelo se fundamenta en la coherencia entre el discurso y la acción, la responsabilidad y la capacidad de anticipar los desafíos. Está convencido de que las empresas que perduren serán aquellas con un liderazgo capaz de escuchar, actuar con firmeza y construir estructuras sólidas para crecer incluso en entornos adversos.